En la frontera entre Brasil y Bolivia, se captaron imágenes de los massaco, una tribu indígena aislada de la región de Rondonia. Este grupo, cuyo nombre proviene del río que cruza su territorio, es una de las 28 comunidades no contactadas en Brasil.
La Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas de Brasil (Funai) registró este hallazgo a través de cámaras automáticas instaladas estratégicamente. Estas cámaras también ayudan a evitar que la tribu entre en áreas agrícolas o campamentos forestales en busca de herramientas, ya que la Funai deja utensilios metálicos como obsequios.
La comunidad se caracteriza por su dominio en la caza con arcos largos y el uso de trampas para proteger su territorio, que abarca 421,000 hectáreas. Desde 1990, su población ha crecido notablemente, pasando de 100 a 120 personas a un estimado de 200-300 en la actualidad.
El éxito de los massaco se atribuye a la política de “no contacto” implementada por la Funai desde finales de los años 80, evitando acercamientos que podrían resultar devastadores. Este enfoque ha sido adoptado por países como Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia.
El descubrimiento ofrece una oportunidad invaluable para entender a estas comunidades sin poner en riesgo su modo de vida.