El Gobierno planteó que la doctrina militar sea entendida como una herramienta ética y no como un instrumento de control o alineación política. Según el planteamiento, esta visión debe responder al mandato que el pueblo otorga a las Fuerzas Armadas.

Se destacó que la doctrina impulsada en la actual gestión tiene un origen popular y busca mantenerse cercana a la ciudadanía, garantizando que nunca se utilice en su contra.

En este marco, se propuso que el Bicentenario de las Fuerzas Armadas sea una oportunidad para una refundación ética, técnica y doctrinal de la institución militar.

El llamado incluyó la necesidad de fortalecer la reconciliación con la población, fomentar la formación y el acceso al conocimiento para los soldados, y contar con oficiales comprometidos con su vocación.

Finalmente, se instó a que las Fuerzas Armadas sirvan con humildad y compromiso a la ciudadanía, reforzando su papel como una institución al servicio del país.

Revista Estamos Vivos 

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