Ramiro Garavito, uno de los pilares del arte contemporáneo en Bolivia, falleció en las últimas horas, según confirmaron personas cercanas al ámbito artístico. Su partida deja un vacío en la escena cultural nacional, pero también un legado inmenso en pensamiento, creación y formación artística.
Este domingo, su velorio se lleva a cabo en la Casa Aura, en Cochabamba (avenida Atahualpa y Ciclovía), y sus restos serán enterrados este lunes 30 de junio en el Cementerio General de la misma ciudad.
Nacido en 1956, Garavito fue mucho más que un artista: también fue filósofo, crítico de arte y docente. Dejó huella en varias generaciones a través de sus clases, escritos y exposiciones.
Fundó proyectos emblemáticos como el espacio cultural mARTadero y el concurso de arte contemporáneo Conart. Participó como curador en dos ediciones del SIART Bolivia y como jurado en bienales importantes como la de Santa Cruz y el Premio Pedro Domingo Murillo de La Paz.
A lo largo de su trayectoria, llevó su obra a más de 30 exposiciones en países como Venezuela, Argentina, Chile, Alemania y Brasil. En 2003 fue distinguido por el Gobierno Municipal de La Paz con el premio a la mejor crítica de arte, entre otros reconocimientos.
Además de artículos en prensa y catálogos, publicó el libro «El invento arte. Textos escogidos 1998-2017» y participó en obras colectivas como «El videoarte en Bolivia», editada por Narda Alvarado.
Hoy, artistas, gestores culturales y periodistas de todo el país lo recuerdan en redes sociales no solo por su brillante trayectoria, sino por su generosidad, lucidez y compromiso con el arte boliviano.
Revista Estamos Vivos